Si bien aprender inglés no es algo que vayas a lograr de la noche a la mañana, hay una serie de factores que ayudarán a que tu proceso de aprendizaje realmente avance y puedas notar claramente cuánto y de qué manera progresas.
Veamos de qué factores estamos hablando:
1. Estudio
Parece obvio, ¿cierto? Sin embargo, es frecuente encontrarse con el siguiente escenario: personas que comienzan inglés de forma particular o se inscriben en una academia y no hacen más que asistir a las clases: ese es el único momento en el que tienen contacto con el idioma. Es cierto que puede no ser tan fácil hacerse el tiempo para estudiar en casa, pero, si no estudias, el progreso será un lugar lejano, y quizá tardes varios años en ver algún avance real.
¡El estudio es el combustible del proceso de aprendizaje! Cuando —estando fuera de clases— te dedicas a repasar lo aprendido, a leer material complementario o a resolver dudas que puedas tener, tu barco va con viento a favor. De lo contrario, será difícil incluso recordar lo visto en clase.
Además, desde un punto de vista estadístico, podemos decir que los alumnos que no estudian tienen dos destinos posibles: siguen yendo a clase de forma mecánica, prácticamente sin evolución alguna, o abandonan.
Distinto es el caso de quienes se trasladan a un contexto de habla inglesa: cuando esto ocurre, se avanza aunque no haya un estudio formal e intencionado, dado el alto grado de exposición al idioma y la necesidad de formar parte de la comunidad y desempañar una vida normal dentro de esta.
Si vas a una academia o tomas clases particulares, te recomiendo que te reserves, como mínimo, de dos a cinco horas semanales para repasar; saber es recordar y recordar es saber, es decir que no te sirve de nada ir a aprender inglés si no eres capaz de recordar lo aprendido. Y si además de repasar lo aprendido, le das un plus y te dedicas a ampliarlo con lectura y práctica adicionales, te sorprenderás de tus progresos, y de cómo vas dominando poco a poco aspectos que antes parecían tan inalcanzables.
2. Prestar atención a todos los niveles de la lengua
Otra de las causas principales de estancamiento es que no le prestas atención a todos los niveles de la lengua. Es muy frecuente que el alumno se enfoque de manera excesiva en el contenido del mensaje y no preste demasiada atención a las estructuras que caracterizan al proceder anglosajón.
Digamos que te enseñan lo siguiente:
- How long does it take to get to your house? (¿Cuánto tardas en llegar a tu casa?)
- It takes me about half an hour. (Tardo alrededor de media hora).
Dado que tu atención está más que nada en el significado (y lo ideal es que aprendas a la par tanto el nivel del significado como el de la estructura), al intentar repetir la estructura, lo más probable es que digas algo similar a esto:
- How long do you take to arrive to your house?
- I take about half an hour.
Ambas construcciones son producto de lo que se conoce como «interferencia lingüística»: tu cerebro pretende articular frases en inglés utilizando estructuras del español, y viceversa, ignorando el hecho fundamental de que no todas las lenguas se valen de la misma estructura para expresar un mismo significado. Como no recuerdas cómo armar la frase en inglés, la piensas en español («Yo tardo») y en un intento precario de traducción llegas a I take.
Como consecuencia, quizá avanzas en cuanto al significado, pero sigues con un nivel de gramática que deja mucho que desear. Lo recomendable es que te intereses por aprender todos los niveles. Con este ejemplo, citamos el nivel del significado (semántico) y el de las estructuras (sintáctico), pero también podemos mencionar el de la pronunciación (fonético/fonológico) y el del vocabulario (léxico), para nombrar los cuatro niveles pilares del aprendizaje.
3. Repetir en voz alta
Repetir en voz alta es una práctica altamente recomendada, ya que te permite escucharte a la vez que refuerzas tus conocimientos. Recuerda que la repetición en sí misma es la clave del éxito, y si además la practicas en voz alta, será un factor que aportará mucho a tu aprendizaje y te acompañará hasta que ya no lo necesites.
4. No tener miedo a equivocarse
Es por demás de evidente que nadie aprende sin equivocarse. El error es parte intrínseca del proceso de aprendizaje. Cuanto antes aceptes esa realidad, más rápido dejarás de juzgarte y de tener miedo al error.
Vale decir que esta clase de miedo es muy común, ya sea entre principiantes o estudiantes avanzados. Muchos estudiantes, cuando están en grupo, prefieren quedarse en silencio a pronunciar mal alguna palabra o a lanzarse con una estructura de la que dudan. Sin embargo, el consejo que te doy es que, cuando de práctica se trate, nunca te quedes sin hablar por miedo: ¡si no hablas, quizá pierdas la oportunidad de aprender algo!
Otro consejo que te puede servir para lidiar con este miedo es el siguiente: ninguno de los que pueda llegar a burlarse de ti pronuncia perfectamente, ni arma las frases de manera impecable. Si así fuera, no estaría ahí, ¿cierto?
5. Encontrar referentes angloparlantes que te inspiren
Más allá de las clases, el estudio y el refuerzo, otro de los factores clave que contribuyen con el aprendizaje de un idioma es el contacto directo con nativos. Lo ideal es conversar directamente con ellos. Si no, también es muy buena opción que escuches o veas material en el que hablen nativos, como por ejemplo podcasts o videos en Youtube. Si lo que miras atrapa tu interés, mejor, ya que eso hará que estés más activo en la escucha. En cambio, si el orador te aburre, la tendencia será a dejar de prestar atención y por lo tanto a cerrar la puerta a las posibilidades de nutrir tus capacidades.
6. Hacer del inglés algo más que un pasatiempo
Quiero dejar en claro que aprender un idioma (y me refiero a ver progresos significativos) es algo más que un hobby, porque la constancia es una pieza fundamental a la hora de aprender a manejar una nueva lengua.
Observa a aquellos que aprenden inglés como un pasatiempo. Quizá haga 8 años que toman clases, pero si los pones a conversar con un nativo es probable que incluso ni tan siquiera sean capaces de seguirle el hilo del discurso. Esto les pasa a muchos que se lo toman como un pasatiempo, y no le dedican tiempo extra como decíamos antes; no llegan a comprender la complejidad que representa la adquisición de una nueva lengua.
7. Relajarse y disfrutar
Es importante destacar que la práctica excesiva tampoco termina siendo recomendable. Digamos que te apasionas completamente con el inglés y comienzas a practicar cinco o seis horas diarias, ¡enhorabuena!, pero también te recomiendo que te airees; si la balanza se inclina demasiado por el lado del esfuerzo mental, pronto terminarás estresado y tu sistema mental no estará apto para recibir información y almacenarla correctamente.
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